Y los vinos. Un paseo estupendo desde algunas de las botellas más codiciadas de Sanlúcar y Champagne hasta Argentina. Algo más de profundidad y variedad de referencias complementaría la oferta.
La cocina de Messina cada vez se expresa con menos elementos y de una forma más esencial y pulcra. Platos que huyen de los adornos y contrastes y buscan la sutileza y el matiz, la pureza. Desde luego no a todo el mundo puede gustar esta propuesta en una época en la que el sabor y el contraste extremo parecen ser la tendencia. En Messina encontrarán equilibrio y sensibilidad, sin más estridencias. Una delicadeza que se extiende a una sala que dirige Pía Ninci con extremada cortesía y dedicación, ejemplar. Un gran restaurante. @messinarestaurante