Y los vinos. Una carta fantástica, a la altura cualquier grande, y con algunas referencias ajustadas en precio. Invita a beber muy bien.
Primera visita al renovado La Milla después de la tremenda remodelación que se llevaron a cabo este invierno. Instalaciones de lujo a pie de playa para un chiringuito que ya más bien es un restaurante en toda regla. Cocina y bodega de categoría y una sala más confortable y con la decoración más cuidada pero que mantiene su esencia informal y playera. Es inevitable que este salto hacia delante conlleve un aumento en el nivel de exigencia pero conviene ir poco a poco que esto no ha hecho más que empezar.
Luismi Menor entiende el producto, controla bien los puntos de cocción y tiene buen gusto para las combinaciones aunque a veces pueda sobrar alguna última pirueta en el plato. Quizás ascender un último peldaño hacia la excelencia en la materia prima sea el último paso que les queda para convertirse en un restaurante de culto.
César Morales y José Antonio López - que se incorpora tras dejar La Salina - dirigen la sala con acierto y de la magnífica bodega se ocupa Daniel Gallego, con conocimiento y buenas maneras. Añadamos esas vistas que siguen ahí, afortunadamente, y esa ubicación privilegiada a medio camino entre Puente Romano y Marbella Club. Altamente recomendable. @lamillamarbella @chefluismi @sirblackbeluga @barra80 @jose.antonio_lf