Tiradito de lomo y ventresca de atún con del de ponzu y trufa rallada. Selección de Nigiris. Uramaki de solomillo con chimichurri, espárragos y aguacate.
Cocina de fusión, de aquí y de allá, que mezcla platos asiáticos y sudamericanos con sushi en su versión más heterodoxa: nigiris, aburis y uramakis con ingredientes diversos en combinaciones atrevidas. Hasta ahí nada nuevo que no hayamos visto en otros restaurantes de este tipo. Le distinguen del resto, sin embargo, dos cosas poco habituales: la cocina autodidacta e imaginativa de Amar Jagtiani que, con más o menos acierto, desprende personalidad, y la materia prima que se gasta, notable. Platos desenfadados y algo recargados en ingredientes y presentaciones, combinaciones audaces y raciones generosas. Ni más, ni menos. Además, coctelería creativa y una carta de vinos pequeña pero correcta, algo subida de precio. Peajes de estar en el corazón de Puerto Banús. @konamarbella @amarjagtiani