Dinner at Primitivo Restaurante

Dinner at Primitivo Restaurante

at Primitivo Restaurante on 26 August 2021
Photo Views
0
Meal Views
365

Cabeza y parpatana de pez limón a la brasa. (Primitivo, Málaga)

Pablo Luis Quiñones es un cocinero versátil, un hombre-orquesta de la cocina que lo mismo te sirve un ceviche que un pâté en croûte. O se marca uno de los mejores arroces de la ciudad y te asa una parpatana de un enorme pez limón. O se saca de la manga una genialidad como los caracoles en manteca, convierte una berenjena en un asado y le pone el acento a un clásico como la lengua en escabeche. Un cocinero, en fin, curtido en mil batallas y con una enorme cantidad de registros, con oficio e imaginación, al que quizás una ubicación un tanto apartada en la barriada de El Palo y un local que pasa algo desapercibido le restan un merecido reconocimiento. Buena mano y ejecuciones notables para una cocina ecléctica, de aquí y de allá, pero siempre sabrosa. Interesantes trabajos con las grasas y la casquería marina, clasicismo bien entendido y, como buen argentino, dominio de las brasas. Elena Aranda se ocupa eficazmente de la sala, modesta pero con una amplia terraza, y de una carta de vinos más bien escueta y que probablemente merezca un pequeño refuerzo para adaptarse a la cocina de Quiñones. A tener muy en cuenta. @primitivorestaurante

Cabeza y parpatana de pez limón a la brasa. (Primitivo, Málaga)

Pablo Luis Quiñones es un cocinero versátil, un hombre-orquesta de la cocina que lo mismo te sirve un ceviche que un pâté en croûte. O se marca uno de los mejores arroces de la ciudad y te asa una parpatana de un enorme pez limón. O se saca de la manga una genialidad como los caracoles en manteca, convierte una berenjena en un asado y le pone el acento a un clásico como la lengua en escabeche. Un cocinero, en fin, curtido en mil batallas y con una enorme cantidad de registros, con oficio e imaginación, al que quizás una ubicación un tanto apartada en la barriada de El Palo y un local que pasa algo desapercibido le restan un merecido reconocimiento. Buena mano y ejecuciones notables para una cocina ecléctica, de aquí y de allá, pero siempre sabrosa. Interesantes trabajos con las grasas y la casquería marina, clasicismo bien entendido y, como buen argentino, dominio de las brasas. Elena Aranda se ocupa eficazmente de la sala, modesta pero con una amplia terraza, y de una carta de vinos más bien escueta y que probablemente merezca un pequeño refuerzo para adaptarse a la cocina de Quiñones. A tener muy en cuenta. @primitivorestaurante

Berenjenas en adobo con milhojas de patata. Casi un plato cárnico por tratamiento y textura. (Primitivo, Málaga)

Pablo Luis Quiñones es un cocinero versátil, un hombre-orquesta de la cocina que lo mismo te sirve un ceviche que un pâté en croûte. O se marca uno de los mejores arroces de la ciudad y te asa una parpatana de un enorme pez limón. O se saca de la manga una genialidad como los caracoles en manteca, convierte una berenjena en un asado y le pone el acento a un clásico como la lengua en escabeche. Un cocinero, en fin, curtido en mil batallas y con una enorme cantidad de registros, con oficio e imaginación, al que quizás una ubicación un tanto apartada en la barriada de El Palo y un local que pasa algo desapercibido le restan un merecido reconocimiento. Buena mano y ejecuciones notables para una cocina ecléctica, de aquí y de allá, pero siempre sabrosa. Interesantes trabajos con las grasas y la casquería marina, clasicismo bien entendido y, como buen argentino, dominio de las brasas. Elena Aranda se ocupa eficazmente de la sala, modesta pero con una amplia terraza, y de una carta de vinos más bien escueta y que probablemente merezca un pequeño refuerzo para adaptarse a la cocina de Quiñones. A tener muy en cuenta. @primitivorestaurante

Faceras de San Pedro cortadas como unas cocochas en salsa verde. De lujo. (Primitivo, Málaga)

Pablo Luis Quiñones es un cocinero versátil, un hombre-orquesta de la cocina que lo mismo te sirve un ceviche que un pâté en croûte. O se marca uno de los mejores arroces de la ciudad y te asa una parpatana de un enorme pez limón. O se saca de la manga una genialidad como los caracoles en manteca, convierte una berenjena en un asado y le pone el acento a un clásico como la lengua en escabeche. Un cocinero, en fin, curtido en mil batallas y con una enorme cantidad de registros, con oficio e imaginación, al que quizás una ubicación un tanto apartada en la barriada de El Palo y un local que pasa algo desapercibido le restan un merecido reconocimiento. Buena mano y ejecuciones notables para una cocina ecléctica, de aquí y de allá, pero siempre sabrosa. Interesantes trabajos con las grasas y la casquería marina, clasicismo bien entendido y, como buen argentino, dominio de las brasas. Elena Aranda se ocupa eficazmente de la sala, modesta pero con una amplia terraza, y de una carta de vinos más bien escueta y que probablemente merezca un pequeño refuerzo para adaptarse a la cocina de Quiñones. A tener muy en cuenta. @primitivorestaurante

Huevas de salmonete y huevas de mero fritas (Primitivo, Málaga)

Pablo Luis Quiñones es un cocinero versátil, un hombre-orquesta de la cocina que lo mismo te sirve un ceviche que un pâté en croûte. O se marca uno de los mejores arroces de la ciudad y te asa una parpatana de un enorme pez limón. O se saca de la manga una genialidad como los caracoles en manteca, convierte una berenjena en un asado y le pone el acento a un clásico como la lengua en escabeche. Un cocinero, en fin, curtido en mil batallas y con una enorme cantidad de registros, con oficio e imaginación, al que quizás una ubicación un tanto apartada en la barriada de El Palo y un local que pasa algo desapercibido le restan un merecido reconocimiento. Buena mano y ejecuciones notables para una cocina ecléctica, de aquí y de allá, pero siempre sabrosa. Interesantes trabajos con las grasas y la casquería marina, clasicismo bien entendido y, como buen argentino, dominio de las brasas. Elena Aranda se ocupa eficazmente de la sala, modesta pero con una amplia terraza, y de una carta de vinos más bien escueta y que probablemente merezca un pequeño refuerzo para adaptarse a la cocina de Quiñones. A tener muy en cuenta. @primitivorestaurante

Y a no menos espectacular tabla de tierra en Primitivo (El Palo, Málaga):

- Paté en costra de ternera y pato
- Chicharrones de pato con trufa de verano
- Rilletes de pato con pistachos
- Caracoles en manteca
- Lengua de vaca en escabeche

Simplemente maravillosa.

Pablo Luis Quiñones es un cocinero versátil, un hombre-orquesta de la cocina que lo mismo te sirve un ceviche que un pâté en croûte. O se marca uno de los mejores arroces de la ciudad y te asa una parpatana de un enorme pez limón. O se saca de la manga una genialidad como los caracoles en manteca, convierte una berenjena en un asado y le pone el acento a un clásico como la lengua en escabeche. Un cocinero, en fin, curtido en mil batallas y con una enorme cantidad de registros, con oficio e imaginación, al que quizás una ubicación un tanto apartada en la barriada de El Palo y un local que pasa algo desapercibido le restan un merecido reconocimiento. Buena mano y ejecuciones notables para una cocina ecléctica, de aquí y de allá, pero siempre sabrosa. Interesantes trabajos con las grasas y la casquería marina, clasicismo bien entendido y, como buen argentino, dominio de las brasas. Elena Aranda se ocupa eficazmente de la sala, modesta pero con una amplia terraza, y de una carta de vinos más bien escueta y que probablemente merezca un pequeño refuerzo para adaptarse a la cocina de Quiñones. A tener muy en cuenta. @primitivorestaurante

La espectacular tabla de mar en Primitivo (El Palo, Málaga)

- Pastel de huevas de rodaballo
- Huevas de mero cocidas
- Ventresca de atún confitada
- Ventresca de atún curada
- Anchoas

Pablo Luis Quiñones es un cocinero versátil, un hombre-orquesta de la cocina que lo mismo te sirve un ceviche que un pâté en croûte. O se marca uno de los mejores arroces de la ciudad y te asa una parpatana de un enorme pez limón. O se saca de la manga una genialidad como los caracoles en manteca, convierte una berenjena en un asado y le pone el acento a un clásico como la lengua en escabeche. Un cocinero, en fin, curtido en mil batallas y con una enorme cantidad de registros, con oficio e imaginación, al que quizás una ubicación un tanto apartada en la barriada de El Palo y un local que pasa algo desapercibido le restan un merecido reconocimiento. Buena mano y ejecuciones notables para una cocina ecléctica, de aquí y de allá, pero siempre sabrosa. Interesantes trabajos con las grasas y la casquería marina, clasicismo bien entendido y, como buen argentino, dominio de las brasas. Elena Aranda se ocupa eficazmente de la sala, modesta pero con una amplia terraza, y de una carta de vinos más bien escueta y que probablemente merezca un pequeño refuerzo para adaptarse a la cocina de Quiñones. A tener muy en cuenta. @primitivorestaurante

Los comienzos en Primitivo Restaurante, en El Palo (Málaga):
Ostra Gillardeau con salsa de tomates amarillos escabechados; caviar osetra de Ríofrío con mantequilla de ventresca de atún al limón y mantequilla de mero y estragón.

Pablo Luis Quiñones es un cocinero versátil, un hombre-orquesta de la cocina que lo mismo te sirve un ceviche que un pâté en croûte. O se marca uno de los mejores arroces de la ciudad y te asa una parpatana de un enorme pez limón. O se saca de la manga una genialidad como los caracoles en manteca, convierte una berenjena en un asado y le pone el acento a un clásico como la lengua en escabeche. Un cocinero, en fin, curtido en mil batallas y con una enorme cantidad de registros, con oficio e imaginación, al que quizás una ubicación un tanto apartada en la barriada de El Palo y un local que pasa algo desapercibido le restan un merecido reconocimiento. Buena mano y ejecuciones notables para una cocina ecléctica, de aquí y de allá, pero siempre sabrosa. Interesantes trabajos con las grasas y la casquería marina, clasicismo bien entendido y, como buen argentino, dominio de las brasas. Elena Aranda se ocupa eficazmente de la sala, modesta pero con una amplia terraza, y de una carta de vinos más bien escueta y que probablemente merezca un pequeño refuerzo para adaptarse a la cocina de Quiñones. A tener muy en cuenta. @primitivorestaurante