Y la sobremesa.
Ahora que los restaurantes reabren sus puertas es momento de retomar algunos resúmenes que se quedaron aparcados en su día. Es el caso de Saddle, probablemente la apertura más importante y lujosa de Madrid en el pasado 2019. Un restaurante concebido para volver a darle vida a aquellas grandes mesas de la capital. No en vano ocupa el local del mítico Jockey al que pretende homenajear pero no imitar.
La cocina se encuentra bajo la solvente batuta de Adolfo Santos, jefe de cocina de Lakasa durante años, que practica una cocina sobria y contenida. Quizás poco audaz para muchos pero muy bien resuelta y adecuada a su oferta para quien esto escribe. Gran producto, armonías clásicas y sabrosas y pocos sobresaltos en el plato para un público que busca comer muy bien sin que le distraigan demasiado. Quizás los emplatados debieran refinarse un tanto y el menú resulte excesivamente copioso. En mi opinión es un lugar que brillará más con la carta.
Al comedor no le faltan detalles. Además de un local mucho más amplio que el anterior, con varios reservados y un pequeño pero muy interesante bar en la entrada que regenta Alberto Fernández, el equipo - muy consolidado y procedente del restaurante Dani García - que dirige Carlos García Mayoralas, con Stefano Buscema como jefe de sala, es tremendamente profesional, muy amable pero con cierta distancia.
Mención aparte para la extraordinaria bodega que maneja Israel Ramírez. Su maridaje premium en Saddle merece la pena aunque sólo sea para una ocasión especial. Ni una sola botella fuera de lugar o de relleno. En muy pocos lugares - no ya de España sino de cualquier lugar - se puede beber así de bien. @saddlemadrid @adsangar @carlosgarciamayoralas @nastefanobuscema @iramirezhospitality @albertobartender88