Mollejas glaseadas con boletus y coles de Bruselas.
Enorme apuesta la de los responsables del Restaurante El Higuerón que, bajo la batuta de Ricardo Fernández, han dado un paso adelante y reformulado su oferta. Una reforma espectacular con una barra única en la costa en lo físico y un importante envite en lo gastronómico: una cocina más solvente de la mano de Óscar Amores, varios escalones más en la selección de productos - muy cuidados ahora - y un servicio educado que cumple sobradamente. En la carta conviven grandes clásicos que siguen la estela que dejó el gran Fernando Martín - el paté de centollo, las cebollas rellenas, el salpicón o, por supuesto, la emblemática fabada - con platos bien ejecutados y producto escogido a la brasa. Ha ganado mucho en regularidad aunque cabría aligerar un tanto algunos platos. Sólo la carta de vinos - más amplia que antes pero muy centrada en vinos clásicos - queda algo por debajo de esta propuesta tan ambiciosa. Precios altos pero acordes con lo percibido. En el camino de ser un gran restaurante. @elhigueronrestaurante @el_cocinero_fiel @ricardoelhigueron