El sushi. Sobresaliente con destellos de genialidad.
- Nigiri cigala con grasa de jamón “Joselito” y salsa nikiri
- Lomo de atún con salsa chamoy de orejones, umeboshi y chill flakes
- Aleta de rodaballo a la robata
- Colmenilla confitada en mantequilla de ajo negro
- Lomo bajo de vaca marinada en Toki, salsa macha y unas gotas de Hibiki
- Pechuga de pichón con mole negro
- Huevo frito de codorniz con paté de trufa blanca.
Buena experiencia en el nuevo Kabuki de Lagasca, en el Barrio de Salamanca. Puesta en escena muy cuidada que abarca desde la barra de entrada hasta la espectacular sala, pasando por la propia presentación de los platos, estéticamente deslumbrantes. Un menú, muy completo, que va de menos a más, comenzando por unos entrantes muy aparentes que, sin embargo, requieren de mayor refinamiento y sutileza. Da la impresión de que la cocina crece cuanto más se aleja de los platos clásicos de la anterior etapa con Ricardo Sanz - supongo que ninguna segunda parte es buena - y alcanzan su mejor versión con los nigiris - magnífico el de aleta de rodaballo a la robata y simplemente magistral el de pichón con mole - y con un fantástico arroz frito con setas y sukiyaki, ejemplo de cocina sabrosa de aprovechamiento. Interesante y divertido el maridaje con sakes. Precios altos, acordes a la oferta y la zona. @kabuki_madrid @restaurantesgrupokabuki @victor_riego