El pato Pekin decepciona. A pesar de su estupendo aspecto, ni el escaso crujiente de la piel, ni el exceso de carne y grasa con que se sirve, ni los crepes que lo acompañan, ni el caldo que lo sucede, convencen. Y, a pesar de todos estos inconvenientes, parece un restaurante que debería ser necesario en Madrid: un local amplio y bien montado, buenas intenciones en cocina y sala, una carta de vinos respetable, buen servicio... Un giro en la cocina parece imprescindible para consolidar esa oferta que muchos estamos esperando. @donlayrestaurante
El pato Pekin decepciona. A pesar de su estupendo aspecto, ni el escaso crujiente de la piel, ni el exceso de carne y grasa con que se sirve, ni los crepes que lo acompañan, ni el caldo que lo sucede, convencen. Y, a pesar de todos estos inconvenientes, parece un restaurante que debería ser necesario en Madrid: un local amplio y bien montado, buenas intenciones en cocina y sala, una carta de vinos respetable, buen servicio... Un giro en la cocina parece imprescindible para consolidar esa oferta que muchos estamos esperando. @donlayrestaurante
Sensaciones encontradas en Don Lay. Siendo cierto que elaboran sus propios dim sum a diario - con el esfuerzo y mérito que ello conlleva - y que algunos están relativamente logrados, en general los rellenos resultan poco integrados y sabrosos y las masas que los envuelven están todavía lejos de ser refinadas. Mucho mejor unas berenjenas Sechuan sabrosas y picantes aunque algo grasientas. @donlayrestaurante