Este fue el último plato que me comí en Arce: una becada al Armagnac, justo antes de la pandemia, allá por Enero de 2019. No ganaría ningún concurso de emplatado pero estaba deliciosa. Esta semana he averiguado que será el último porque Arce cierra para siempre. Un restaurante con su idiosincrasia propia y sus defectos pero con personalidad y donde se cocinaba mucho y bien.
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