Cuartos delanteros de lechazo 1 y 2. Tostados, melosos, suaves, húmedos… Simplemente magistrales.
Recordando la última visita a Mannix, templo del lechazo asado. El local, que valdría hasta para una película de Sorrentino, el viaje, la bodega, el producto, la magia del horno y la tremenda sabiduría y experiencia de Marco Antonio. Un lugar especial. Seguro que habrá asados parecidos. Yo no los he probado mejores. @restaurante_mannix