Y los vinos. Una oferta y gestión de la carta admirables.
Un tanto decepcionado y, al mismo tiempo, gratamente sorprendido con el restaurante Valdivia, en Algatocín, en la carretera que la une a Cortes de la Frontera. Nada que objetar - todo lo contrario - a una ubicación maravillosa, en un antiguo molino de agua, con un patio estupendo. Ni a una oferta de carnes muy notable, un servicio más que amable y una carta de vinos muy por encima de lo que cabría esperar. Pero, ¿qué necesidad, en plena sierra de Ronda y valle del Guadiaro, de meter sucedáneos de caviar o pasta de trufa artificial y otras modas absurdas en los platos? No creo que ese sea el camino, sinceramente. Por lo demás, ciñéndonos a la tradicional, es un buen destino y hacen las cosas bien. @restaurantevaldivia