A modo de aperitivo, tres platos que me han encantado en Gofio:

-La cazuela de salmonete asado con aceite de cebollino acompañada de un “bocata de vendimia” de sardinas curadas, mojo de perejil y cilantro, piñones y galleta de tomate. Soberbio plato con un fondo eterno.
- Caldo de millo de Lanzarote con carrillada ibérica de Maldonado, garbanzos fritos y aire de zanahoria acompañada de una croqueta de “pollo con todo”.
- Sancocho de cococha de bacalao al pil pil con mojo rojo con papa negra o “yema de huevo” con crema de pescado salado.

Un gran almuerzo en Gofio. Más allá de cualquier otra consideración la de Safe Cruz es una cocina cargada de personalidad, franca y sabrosa, donde priman la identidad y el sabor. Es, como ellos mismos declaran, una cocina de recetario. El tradicional canario, revisado y actualizado. Los platos apelan a la memoria pero convencen por sí mismos y brillan en su aparente sencillez, más allá del discurso y el trabajo que conllevan.
La sala, en manos de Aida González y Alberto Martín, funciona sin aspavientos ni poses y se deshace en explicaciones para una cocina que aún es muy desconocida en la península. Y aunque siempre es un riesgo autolimitar la propuesta, la oferta de vinos canarios - digamos “poco comerciales” - encaja y tiene todo el sentido en el concepto. Su peculiaridad y variedad permite abordar registros y perfiles variopintos. Muy bien. @gofiomadrid @safecruz @albertogofio @missgofio