Los vinos y el máster.
Una muy grata impresión de PurOsushi, el proyecto que trae de vuelta a Ivana Boeri y Andrés Médici con su familia desde Vigo - donde fueron considerados una de las grandes barras de sushi del país - a Marbella. Aquí donde el itamae se formó con Masao Kikuchi, el maestro de maestros, en el añorado Taro del Hotel Guadalpín. Ahora, en una ubicación más modesta, en el barrio de Huerta de los Cristales y entre locales mucho más populares, plantean una propuesta muy seria, estrictamente tradicional, sin concesiones ni regalos a la dispersa clientela de Marbella.
El sushi: un arroz húmedo y templado, probablemente más de lo que acostumbramos, que a mí personalmente me gusta un poco más suelto, pero con un punto avinagrado que me agrada, y que se cuida al extremo de cambiarlo cada 30 minutos. Cortes sobresalientes, un producto excelente, tratado y reposado para mostrar todo su esplendor, y una técnica irreprochable que logra conjuntos plenos y redondos.
Y podemos añadir, aunque sea posible pedir a la carta, una tremenda generosidad en el menú omakase - tanto de calidad como de cantidad de producto - , del que es imposible escapar con hambre. Y un servicio cómplice y esmerado en el que participa todo el equipo, y una carta de vinos más que considerable aunque aún en construcción. Un lujo para la oferta de la ciudad y una de las grandes aperturas de este año en Marbella. @marbella.purosushi @andres.purosushi