El excepcional pichón de Mont Royal con su jugo y puré de castañas en Areia (Marbella).

Un crecimiento exponencial el que ha experimentado Areia en apenas un año desde su apertura. Es la virtud de otorgar cierto tiempo de vida a los restaurantes antes de juzgarlos y sentenciarlos en las redes. Carlos García Mayoralas, ahora con Pablo Berzosa en los fogones, está consolidando en pleno centro urbano de Marbella, un restaurante de corte clásico con personalidad propia y con un producto de categoría, que alterna recetas de factura propia con grandes clásicos de la “grande cuisine” - hablemos del steak tartare con patatas soufflé, el jarrete de ternera glaseado, el solomillo Rossini, el babá al ron o la tortilla Alaska - y un sinfín de detalles de calidad que lo han convertido en un imprescindible de la ciudad. Bodega sobresaliente, para un público con posibles, cócteles notables, la mejor tabla de quesos (afinados por Xavier en Toulouse) y un servicio cortés, eficiente y poco intrusivo, mucho más rodado, que se centra en el plato sin añadir más historias. Muy bien. @areiamarbella @carlosgarciamayoralas