Y los vinos.
La cocina de José Carlos García responde a un modelo clásico –“micheliniano” podríamos llamarlo – de platos elegantes y bien rematados donde el equilibrio y la armonía son la base. Y en este sentido debemos romper una lanza en favor de esa vanguardia moderada y algo más conservadora que permite disfrutar al gran público de grandes platos creados durante todos estos años de lucidez de la cocina española y que nunca deberían perderse, aunque algunos aficionados puedan echar de menos un punto más de audacia y riesgo en la propuesta. Contribuyen notablemente al conjunto una sala bien dirigida por Lourdes Luque y una de los espacios más espectaculares de Andalucía junto al puerto de Málaga. La bodega y el servicio del vino, sin embargo, necesitan de un impulso que los sitúe a la altura del resto de la propuesta. @jcgrestaurante