Canelón de boloñesa de atún. Ajoblanco de buey de mar. Erizo con tartar de gamba.
Absolutamente consolidado como uno de los grandes restaurantes de la provincia, Cávala presenta una oferta rotunda y muy cuidada. Para empezar, mucho y buen producto, que se presenta tal cual en la carta o integrado en platos de corte más creativo donde Juanjo Carmona muestra esa cocina refinada, ligera y sabrosa, que le ha acompañado siempre. Buen tratamiento de pescados y mariscos, con el añadido vegetal de verduras de cercanía, fondos limpios y salsas golosas, precisión en las cocciones y equilibrio en unos platos cargados de sensatez y buen gusto. Una vanguardia tranquila que transita más los caminos de Olleros o Camarena, pero en una versión más clásica, que en el de esas explosiones de sabor tan al uso hoy en día. Todos ellos, motivos más que suficientes para la visita, pero que se suman a una sala muy notable que ha ganado en comodidad y elegancia y a una bodega formidable a pesar de su juventud. Las guías no lo dicen aún pero ya se lo digo yo: vayan. @cavala_malaga @juan_jo_carmona